20 agosto, 2014

Se levanta el viento ... y debemos intentar vivir.


A muchos seguidores sorprendió la declaración del cineasta e icono de la animación japonesa Hayao Miyazaki anunciando su retiro como artista y declarando que "Se Levanta el Viento" (Kaze Tachinu) sería su película de despedida a una larga carrera dejando una memorable filmografía que van desde cintas como "Mi Vecino Totoro", "El Increíble Castillo Vagabundo" hasta la que le mereció el premio Oscar a mejor cinta animada en el año 2002 "El Viaje de Chihiro".


En su ya declarada afición y profundo amor por la aviación, el director se basa en su propio manga, el cual a su vez esta basado en la novela corta de Tatso Hori de donde toma el nombre su cinta de despedida, para contarnos su propia visión de la vida del ingeniero en aviación Jiro Horikoshi quién diseño varios cazas de combate durante la Segunda Guerra Mundial para la empresa Mitisubishi y que el mismo ejercito japones compraba a la empresa nipona.

A través de su ya peculiar estilo de animación, la historia de Jiro se nos va narrando entre la realidad del personaje y pasajes oníricos con ese toque exquisito de fantasía por el cual Miyazaki siempre nos ha deleitado. Comenzando desde su infancia con una escena introductoria preciosista e intima, vamos conociendo a Jiro, vamos conociendo sus miedos, sus sueños, su lucha personal y profesional, a su primer y único amor, y su visión ante la situación en la que la guerra tiene a su país en una desoladora decadencia económica y social.

Dentro de las varias secuencias oníricas de Jiro, la mayoría acompañado de su ídolo y ejemplo a seguir, el precursor de la aviación italiana Giovanni Battista "Gianni" Caproni, hay una de estas donde Jiro se cuestiona sobre que va a aportar a su país con sus creaciones y mientras Gianni le aconseja, este aprovecha para decirle que se va a retirar ya que "un artista solo es creativo por 10 años", frase aplicable a ellos como ingenieros de la aviación. Una directa y muy emotiva despedida que puede tomarse como literal por parte del mismo Miyazaki.

Escenas como estas nos encontramos durante las dos horas de metraje, con secuencias que deleitan a la pupila con la animación aunado a la deleitable banda sonora compuesta por Joe Hisashi,  y que dentro de la narrativa también nos da muchos (para algunos podrían ser demasiados) momentos de reflexión del mismo personaje cuestionándose a si mismo su capacidad creativa, la trascendencia que tendrá su trabajo y a su vez, hasta que punto deberá dedicarse a su vida personal la cual se refleja en su bella y a la vez trágica historia de amor.

Podemos ver a Jiro y a "Gianni" Caproni como reflejos auto-críticos e incluso un inconsciente auto-homenaje de Miyazaki a si mismo con profundos diálogos reflexivos con un sentido de trascendencia único y que plasma de forma clara en esta, a la que podríamos llamar no solo su última obra, si no su obra maestra y de despedida con incluso un "arigato" pronunciado por Jiro al final de la cinta.

"Se levanta el viento. Debemos intentar vivir".


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