Para mí como cinéfilo, el género
del terror es uno de los que más me cuesta ver, mucho por su formulaica forma
de ser tratado, cargado de clichés, situaciones repetitivas y carentes de
ingenio.
Aunque debo decir que me he topado con grandes cintas. La recientemente estrenada “The Witch”, por ejemplo, o aquella refrescante opera prima del director malayo James Wan: “Saw: Juego Macabro”; y su cinta del 2013, “El Conjuro”, la cual se basa en los casos paranormales del matrimonio investigador de lo paranormal en los años 60’s: Los Warren.
Con “El Conjuro”, Wan sofistica
el género, retoma algunas secuencias icono del terror clásico y dota de
seriedad y mucho suspenso al trabajo de este matrimonio, obteniendo un gran
éxito en taquilla, provocando la necesidad industrial de hacer una secuela.
¡Si, maldita “secuelitis”!
La segunda parte que sigue los
pasos de los Warren, retoma de entrada con poca justificación el caso del
asesinato en Amityville en 1974 en el que el matrimonio se involucró para
investigar sucesos paranormales, pero que queda de lado para llevarlos a
Inglaterra a un caso sobre un poltergeist.
Carente de coherencia narrativa,
aunque visual y sonoramente sin falla, la cinta es excesiva tanto en su
duración como en la poca seriedad del caso, el cual raya en el humor
involuntario y cae en las fórmulas que su primer cinta trato de evitar.
Quien busque del “susto” gratuito,
bienvenido; más quien busque algo como su primera parte, abstenerse.
Publicación para Capital Hidalgo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
COMENTA