25 noviembre, 2011

Amanecer, Parte 1


En blog he escrito ya dos reseñas acerca de la Saga de Crepúsculo y decir que ya va a terminar me emociona. No me malentiendan, no odio la saga, me parece involuntariamente divertida y entretenida pero a estas alturas, sobre todo en aspectos de guión adaptado, la historia con cada película se vuelve más inconsistente, ridícula e incoherente.

Amanecer, Parte 1 (si Parte 1, emulando la estrategia de Harry Potter para dividir el último libro en dos partes) por fin nos pone en la línea final de esta saga para adolescentes que esperan ver  “galanes” en pantalla y una historia de amor superficial.




En esta primera parte, el personaje de Bella interpretado tan desabridamente como siempre lo ha sido Kristen Stewart , logra su cometido, casarse con su novio vampiro con la promesa de ser convertida en vampiro al poco tiempo. El conflicto inicia cuando el hombre lobo se entera que Bella si tendrá luna de miel (si, estúpidamente ahí inicia el conflicto) y de ahí se relatan los incoherentes violentos encuentros sexuales entre los recién casados que terminan en un embarazo vampírico narrativamente ilógico y forzado  que llevan a Bella a desatar una guerra entre hombres lobo y vampiros mientras su bebe vampiro le come la vida.

Me dan ganas enserio de golpearme en la cabeza por verla, golpear a la escritora Stephanie Meyer por escribir algo tan absurdo, y lo peor es que lejos de lo absurda que es la historia en esta primera parte del final, a las adolescentes se les presentan temas que posiblemente conscientemente no logran ubicar. Me refiero a la constante lucha sexista entre Jacob y Edward por quedarse con Bella, la subjetividad machista que Edward representa al disculparlo como un “hombre a la antigua” y añadiéndole en este filme temas como el embarazo no deseado, aborto, violencia de pareja donde se presenta a Edward como un ser incontrolable en los encuentros sexuales, los conflictos familiares que un embarazo puede causar y la actitud ingenua de Bella ante sus “novios”.

Llámenme exagerado, pero para mí muestra una historia dramática rayando en temáticas de novela y que sobretodo se le vende de forma barata y disfrazada al público meta al que siempre se ha dirigido.

Tal vez podríamos verlo como algo bueno, ya que encontramos al fin un tema debatible dentro de la saga después  de los tres filmes anteriores donde solo se enfocaba en relaciones adolescentes, sexualidad y conflictos aleatorios.

Esta ocasión le tocó a Bill Condon (Dreamgirls, 2006) dirigir las últimas dos partes y si bien logra sacar escenas bien actuadas a los actores novatos de esta saga además de tener tomas interesantes, secuencias bien logradas en cuanto a producción y fotografía y hasta un poco de humor, quiero suponer que desde la raíz literaria, la película resulta tediosa, secuencias demasiado largas como la de la luna de miel o el “viacrucis” que Bella pasa en su embarazo, hacen pensar que en caso de esta saga, una división en dos partes era totalmente innecesaria.

Es un caso extraño el fenómeno de la Saga de Crepúsculo, porque a diferencia de otras obras literarias adaptadas al cine, esta no logra trascender, y queda en el punto de ser solo para fanáticos y que posiblemente cuando su mercado meta pase la fase de adolescencia la olviden rápidamente.

Como nota extra, tal vez lo único bueno que resultaba de esta saga eran sus bandas sonoras, pero esta parte también fallo hasta en eso.

CALIFICACIÓN: 2/5

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