Recuerdo cuando estaba pequeño, por
curiosidad mi mamá y una tía decidieron rentar en video aquella adaptación que
hiciera Baz Luhrmann al cine de la famosa y clásica obra de William
Shakespeare: Romeo y Julieta. Recuerdo también (y hasta la fecha) decir a mi
madre lo horrible que era la adaptación, mientras que por su lado, mi tía (en
ese entonces con unos 20 años de edad) hablaba maravillas de la contemporánea visión
del director y claro, además de no parar de hablar de Leonardo DiCaprio en sus
tiempos de juventud.
Es curioso que después de 12 años y dos
películas después, que este Australiano director recurra de nuevo a la
adaptación de una obra clásica.
“El Gran Gatsby” es una de las obras
claves de la literatura norteamericana y clave también dentro de la literatura
escrita por F. Scott Fitzgerald, en
la cual este reconocido autor describe la opulencia y los excesos de la clase
alta en los años 20’s mezclándola con una historia de amor imposible.
Jay Gatsby (DiCaprio) es un multimillonario el
cual se hace amigo de Nick Carraway (Tobey Maguire), el joven primo de la mujer
que es el amor de la vida de Gatsby, Daisy Buchanan (Carey Mulligan), para
poder llegar a ella.
Así como Romeo y Julieta, Luhrmann se atreve
a “abusar” de la obra original para
dar rienda a sus más locas técnicas narrativas, donde en su primera hora, no
dejamos de ver una sociedad New Yorkina desatada y atrapada en la actitud
fiestera y desbocada, donde el director y su equipo creativo se arriesgan a
utilizar música actual con matices de la música de los 20’s que en conjunto con
veloces zoom ins , travellings y el excesivo uso de cortes
logren esa vertiginosidad del exceso pero que a su vez logra dentro de su
producción un extraño sentimiento de atmosfera bizarra de una época representada
en otra, como sucediera con Romeo y Julieta, sobre todo porque Luhrmann y su co-escritor
Craig Pearce calcan diálogos de la obra original recitados poéticamente por sus
personajes.
El diseño de vestuario y producción es espectacular,
así como lo hiciera el equipo del director en Moulin Rouge.
Dentro del aspecto de las actuaciones sin
duda son DiCaprio y Mulligan los que sobresalen, DiCaprio por su forma de pasar
de un estado emocional a otro en menos de un segundo y Carey Mulligan en esa
personalidad “doble moralista” que carga en su personaje, mientras que Maguire
no deja de sentirse encasillado recordandonos todo el tiempo a Peter Parker de
Spider-Man.
Si bien en su primera hora la película es vertiginosa,
visualmente deslumbrante y musicalmente agradable, su ritmo decae en su
desarrollo, la historia de amor entre los personajes principales se siente
artificial, Gatsby es saturado ridículamente por su frase “old sport” (repetida
hasta el cansancio) y donde de repente todo se siente lento y tedioso, pero que
para su conclusión repunta resultando una película funcional con todo y su para ya algunos conocido, trágico desenlace.
Aquellos puristas de la obra de Fitzgerald
deben estar advertidos, de que si no han visto la filmografía del director,
será mejor que eviten el filme. Para aquellos que disfrutan del cine de Baz
Luhrmann saldrán complacidos, pero sobretodo así como lo hiciera con Romeo y
Julieta, la obra le apuesta con su producción a llamar la atención de un
público joven que tal vez no está familiarizado con la obra de este reconocido
autor y que sin duda sería la más reinventada y arriesgada adaptación dentro
del cine en comparación con adaptaciones anteriores.
CALIFICACIÓN:
7 / 10
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