Entre 20th Century Fox/Marvel, Warner Bros./DCParamount/Universal con Marvel, y ahora Disney.Marvel, se han
compartido rebanadas del pastel de llevar a los famosos personajes de los
comics a la pantalla grande. Bryan Singer con X-Men en el año 2000, marcaba
el inicio de la aceptación del transfer de la hoja impresa al celuloide y que
conforme pasan los años, personajes como Spider-Man,
Iron Man, Los 4 Fantásticos, entre otros han sido encarnados por actores (o
mejor dicho estrellas) Hollywoodenses, junto a afamados y talentosos directores,
cumpliendo el sueño geek que generaciones pasadas y actuales pedían a gritos en
sus más profundos deseos.
Al paso de los años, así como ha
habido pésimas películas adaptadas (Daredevil,
Los 4 Fantásticos, Superman Regresa; solo por mencionar
algunas), también ha habido obras maestras (Batman:
El Caballero de la Noche, X-Men
2, Spider-Man 2, Iron Man) que han enaltecido a directores como Sam Raimi, Christopher
Nolan, Matthew Vaugh o Zack Snyder entre otros; pero ha sido Marvel en alianza
con Disney que ha sorprendido no tanto en la calidad de su filmes si no en su
forma de venderlos y expandir este universo.
Desde Los Vengadores de Joss
Whedon, esta alianza elevo la barra de expectativas y calidad de producción al
llevar una película a lo que parecía
imposible hasta hace algunos años: juntar a los mejores superhéroes de Marvel
en una sola película. Esto dando como resultado una inevitable estandarización
del cómo se debe hacer en estos tiempos una película de superhéroes y a su vez
el record que marcó ante su alta recaudación en taquilla.
Pero, la pregunta que podemos
lanzar al aire ante tal saturación de filmes de este género es: ¿hasta
dónde aguantara la saturación de adaptaciones e historias de superhéroes en el
cine?
Con los últimos estrenos del
verano basados en comics Iron Man 3 y
El Hombre de Acero, ambas dividiendo
a la crítica especializada, es imposible no notar que la audiencia (pese a sus
buenos numero en taquilla) comienza a sentir las masiva exposición de estas
historias, con efectos especiales que ya se sienten artificiosos, así como los
personajes y el uso de técnicas cinematográficas poco creativas propuestas en
este tipo de filmes recientemente.
En 2014 y 2015 Hollywood se siguen preparando
como si fueran hechas en serie nuevas adaptaciones, secuelas y precuelas de
este universo, pero como se ha demostrado, todo en exceso puede ser dañino e
incluso apresurar el declive del género que mientras la industria disfruta
obteniendo jugosas ganancias podría marcar un punto de no retorno a este tipo
de producciones.
¿Será que el sueño geek se extinga demasiado pronto?
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